-¿Se acuerda cuando nos amonestaron por soltar un pollo en la oficina del director?-, preguntó con arrugada sonrisa el Abogado del Servicio de Justicia Militar, tras soltar su bocanada de humo.
La puerta volvió a abrirse, esta vez menos ruidosa, donde se asomaba la cabeza del Coordinador General de Asuntos Internacionales y Relaciones Parlamentarias:
¡Cigarrillos al cenicero muchachos, que viene la policía!
Como si hubiesen roto de un pelotazo el vidrio de la vecina, los prestigiosos profesionales corren a sentarse frente a sus cafés, y a silbar la melodía de ayer.

Julio de nones